martes, 24 de marzo de 2020

Corona versus, como lo pasa un rico Capitulo 11


Corona versus, como lo pasa un rico 
                    Capítulo 11
El  undécimo día:
La manecilla  mi habitación se abre y aparece mi camarera , no se pero creo que cada día está más guapa , será ya que estos once días sin poder salir y no poderme encontrar con mis amiguitas , me está pasando factura , la joven se acerco con esa blusa blanca  que cada día le queda mejor , le pasa algo mi señorito , que respondo , le voy a tirar un torpedo haber cómo reacciona con lo que respondí , no tienes motivo alguno para preocuparse porque todo lo que le sucedía estan­do contigo  adquiere  el encanto de la aventura, la camarera sorprendida protestó, la aventura había sido para    señorito que le pasa hoy  sólo para ella, porque el yo me  había escondido debajo de la sabana y ella había tenido que utilizar sus encantos para que saliera de ellas con pueril coquetería, me dice es muy agradable sus palabras , el encierro no porque  a veces habían sido muy agradables, yo cogí a la chica del hombro y le di un suave beso en la frente, sabía que ella lo quería y que tenía celos de él , que estaba loquita por mí , además de su natural in­comodidad y el cierto aspecto enternecedor o al  menos eso era lo que yo creía le parecía que era muy mayor y que había aprendido ya todo lo que un hombre puede sa­ber de las mujeres, lo que yo entendía apreciar era que estaba sentada a mi lado era precisamente aquello que hasta entonces había encontrado con menor fre­cuencia en las mujeres, que ella tenía una pureza que mis amiga con las que yo me relacionaba en las relaciones esporádicas no tenían.
Vamos a esperar un rato, le dijo yo a la chica y ella salió de la habitación con el desayuno, podía haber esperado por lo menos que me tomara el café, un minuto por favor, pero no me escucho, me abre pasado, como la voy a poder ver de nuevo, me pondré rojo.
Hacía ya un año que la conocía y la chica aún era capaz de avergonzarse delante de mí, y a mí me encanta­ban esos instantes en los que ella sentía vergüenza, en primer lugar porque la diferenciaban de las mujeres con las que él se había relacionado antes de conocerla, en segundo lugar porque sabía que en este mundo to­do es pasajero, y eso hacía que hasta la vergüenza de su camarera fuera algo preciado para mí.
 La camarera era una  chica realmente le desagradaban las ocasiones en las que tenía que pedirle algo que traerle y con frecuencia muchas horas sin parar,  yo siempre me he fijado que cuando sale de compras o tiene su día libre se detuviese un momento junto a un bosquecillo, siempre  que le pregunte por ese hecho a ella parecía darle rabia y eso que yo  cuando  le preguntaba con fingido asombro por el motivo de la parada, mi camarera le daba vergüen­za parecía sentirse ridícula y pasada de moda, sin embargo en el tra­bajo había podido comprobar muchas veces que la gente se reía de su susceptibilidad y que ella lo provocaba a propósito, pero cuando yo la llamaba , para que me sirviera algo , sentía siempre vergüenza anticipada sólo de pensar que iba a darle vergüenza yo muchas veces me lo he servido yo solo , para no hacerla pasar mal trago para que pudiera sentirse libre dentro de su cuerpo, despreocupada y sin angustias, como lo hacía la mayoría de las mujeres de mi alrededor , las trato como si del mismo sexo fuéramos , hasta he llegado a inventarme un sistema especial de convenci­miento pedagógico con las mujeres , aparte de que no me gusta mucho el besar por besar , yo soy de los de la manos a hombres y mujeres , ahora con esto del Coronavirus , voy a tener que inventarme el codo con codo o cachito con cachito , bueno lo que el gobierno nos mande.
Pero esta vez no sufría ni pensaba en nada de eso solo quería que ella me perdonara si me había pasado y se sintiera ajusto.
La mande llamar , una vez llego ruborizada y sonrosada por lo que había pasado esta mañana en el desayuno , le comente que me había estado  preguntando horrorizado si el cielo estaría verdaderamente azul  al estar cerca de ella, pero despierta que le vas a decir eso ,¿qué voy a hacer? Me pregunte, quería decirle que lo de esta mañana por supuesto no volverá a pasar, que no pensaba lo que la decía a usted a la hora de servirme el desayuno, que quizás me estaba influyendo  lo que estaba pasando con el dichoso coronavirus, que me perdonara, ella no respondió y  ruborizándosele la cara se alejó del salón sin decir palabra.
Valla por dios yo que siempre disfrutaba cuando ella estaba alegre a la hora de servirme las distintas comidas del día , no tenía un trabajo complicado, el ambiente era agradable y sin muchas horas extras ya sé que las mujeres siempre encuentran muchos más defectos en sus jefes y en su propio hombre , se trata de un sutil mensaje pedagógico de la joven a la chica, pero ya que no tenemos nada que ver, podríamos entendernos bien, pero yo ya no tenía  intención de realizar más mensajes pedagogos con el servicio , desde ahora cada uno en su  sitio , ella en su puesto y yo en el mío , ¿No le parece que exagero?, es posible pre que le vamos hacer , la vida del encierro es así o no .
Mañana seguro que opino de otra forma, lo más seguro y le tiro los tejos al cocinero, pues los solteros encerrados en casa , con el servicio , puede pasar cualquier cosa , cuidado vecinos y vecinas solteras del edificio 30 días sin sexo puede ser peligroso y en Amazon se han acabado los juguetitos eróticos donde se satisface ambos sexos…
“Aviso a navegantes”… os veo mirando cuantas solteras y solteros tiene el edificio… Jajjajaj.
Toni Alvarranz, 24/03/2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario