El Pasado
Todavía seguro pensando que hablando se arreglan las cosas
(ingenuo de mí, con el Salesiano en cuestión no fue así
) y con otros compañeros tampoco es el
antes de 1968 cuando Salí de San Fernando, también otros habían salido antes ,
hicimos un escrito en el que comentábamos en cierta forma nuestra precariedad
en cuanto a vestimenta y comida , la única contestación que recibí fue una
llamada de una director diciéndome quién era yo para escribir nada y menos del
colegio, que no volviera a llamar ni a quedar con la otro profesor autor también del escrito ya que por ser trabajador
del colegio, su misión no era perder el
tiempo que lo mejor que podía hacer era
que se dedicara a hacer apostolado. (Profesor que se fue un día al terminar la clase y ya no regreso).
Cuando me dijeron que ya no podía estar más tiempo en el
colegio me dijeron que me tenía que marchar y me fui porque quería ser feliz,
en San
Fernando había muchas cosas,
el tiempo siempre ocupado pero lo que
faltaba era la relación humana con
nosotros , chiquillos que solo querían
como todos los niños del mundo un poco de cariño y comprensión queríamos ser felices y si no eras un pelota
y chivato no eras un ser en
el colegio atendido , tenias que destacar en algo y cada uno se buscaba las formas de que le atendieran mejor que a
los demás .
No quería parecerme a los aspirantes a salesianos mayores que iba conociendo, lo comenté una vez
al sacerdote y madre mía como se puso: que yo que me creía, que ellos habían
entregado su vida a D. Bosco...
Me fui porque me di cuenta que el Colegio era un gran
montaje en donde la persona no es lo importante lo que importa es la sumisión y el si padre. He conocido a personas con muy
buena voluntad, no es un problema de las personas sino del montaje de aquella época
con relación al estudio y la forma de enseñar,
personas con la mirada triste que sonreían pero se les notaba tristes y yo en
muchas ocasiones también disimulé mi malestar, no quería ser así.
He visto demasiadas incongruencias y mentiras, muy poca
caridad y cariño de verdad, casi siempre normas, directrices y formas de hacer
pero todo con muy poca alma.
Cuando estás dentro parece que solo existe el Salesiano
y el colegio, luego vas comprobando que lo que ocurre es que cuando
llegas te ponen unas gafas para ver según la mirada y los criterios del colegio nos dan una visión distorsionada de la
realidad.
Cuando no encontraba motivo ni razón para continuar en el colegio
un Salesiano me dijo: ahora que ya se han pasado los mejores años, los de tu
juventud ¿para qué te vas a ir? o aquel comentario de otro salesiano, vamos a ver si echamos una
temporadita más y vamos aguantando poco a poco y al final ellos mismos me
dijeron vete.
Ahora que las aguas se han calmado, ya han pasado cuarenta y
seis años desde que dejé de pertenecer
al Colegio San Fernando de Madrid, me
doy cuenta que la forma de hacer los aquellos otros salesianos y no los de hoy.
La manera de ser salesianos que me toco
vivir fue dañina para la persona:
lo encorseta todo, quiere cuantificarlo todo (desde las horas de estudio hasta
las personas invitadas a cualquier actividad), no da respuesta a los
interrogantes que se hacen, la sinceridad se utiliza para que las directores,
sepan de nosotros pero no hay solución a lo que se plantea. Todo está escrito,
atado y bien atado no hay margen para el cambio, esto me marco la vida, no encontrándome
ajusto hoy ya a mi edad con mi vivencia de la vida toda esclavizada,
al no tener una personalidad propia ya que me tuve que buscar la vida de muchas
formas siempre doblegándome a mis
señores o jefes que me explotaron
por falta de conocimientos académicos.
Se banaliza la palabra de Dios ¿por qué identificar lo que
le fundador "vio en los jóvenes " con lo que Dios quiere? ¿Es que quiere
algo?
Es un sistema
propicio para generar ansiedad. Se intenta justificar lo injustificable. Lo
primero que me encontré fue aire, libertad. Libertad para equivocarme, para
acertar, para elegir, para hablar, para callar, libertad para pensar, para
leer, para dormir, para ver.
En el colegio se decía lo de somos libres y estamos aquí
porque nos da la gana, es otra de tantas manipulaciones del lenguaje, estábamos
ahí porque no podíamos estar en otro sitio por múltiples cosas u cuestiones, fuesen familiares, políticas
o de otros órdenes.
En el colegio en nuestra época no había libertad, uno se
obliga a hacer lo que te dicen y lo tienes que hacer propio y no es propio. De
esta manera la cabeza se blinda para no acabar majareta.
Ante las objeciones siempre las mismas recetas: rezar y
obedecer. Es decir machacar la propia libertad.
Afectivamente yo salí mal. En el colegio las manifestaciones
de cariño o aprecio no están bien vistas, no te puedes preocupar con
naturalidad efectivamente por nadie, por ningún compañero porque catalogaban y
cobrabas con él y por él, todo debe ir
por el conducto reglamentario, por las normas y por su hacer, todo lo regia el
director Sr. Normas .
Lo Importante dentro
del colegio era el acallar
esas voces o vocecitas interiores o exteriores que animan a plantearse si
realmente el niño es lo que dice ser. Porque
la sola exclamación de una idea es
tocable como todo, esa idea que te repiten y repiten de la obediencia y
la sumisión al señor y sus directrices es intocable es otra forma
de acallar la propia conciencia y muchos de los tiempos perdidos sintiendo que
ese modo de vida no va con uno vienen de no querer "tocar el tema de la religión,
oración y el estudio por sangre entra”.
Todo en la vida es cuestionable, hay distintos puntos de
vista y opiniones. En el colegio, en mi época esto no se concibe, el organigrama es
monolítico y el grupo puede con las individualidades, es decir, con las
personas. Esa forma de pensar uniforme hace que incluso externamente haya una
forma de hablar, vestir, actuar... que identifica muy bien a los salesianos de
la época. Como dice el refrán la cara es el espejo del alma. A aunque como en
todas las familias había siempre salesianos comprometidos con la labor de D. Bosco que al final también eran sometidos de una u
otra forma y en presencia de estos otros
que dirigían el colegio reclinaban la
cabeza y cuando no se sentían vigilados
te llenaban el cuerpo de esperanza y atención .
Me llama la atención esa negativa que tienen personas Salesianas
cuando les haces caer en la cuenta de las incongruencias que has vivido: o se
callan o te comentan que lo que estás diciendo les hace daño pero en ningún
caso hay diálogo verdadero, a lo más ese "mi experiencia es otra", y
me pregunto ¿de verdad?
Deseo que los chirridos del corazón y la cabeza de mi pasado no hagan despertar a muchos de aquellos que no supieron o no entendieron
su labor con nosotros los niños del
pasado y descubran que detrás de su mundo o quizá al lado hay otro mucho mejor,
por lo menos es real no de plástico, también
entiendo la labor de los salesianos con
los jóvenes de otras épocas y generaciones , que seguro fueron de lo más
gratificantes , pues los tiempos también cambiaron , ya que sin vida, sin experiencias no hay futuro y ellos lo comprendieron el cambio por lo que se cuenta y lo que oigo y leo cambio
en 1968 lástima que no lo pudimos
ver , ese mundo donde se respetan tus decisiones sin intentar convencerte de
que lo mejor es hacer otra cosa dándote la matraca a todas horas, donde no hay
correcciones fraternas ridículas, donde te encuentras amigos de verdad, no
demasiados quizá, pero amigos, un mundo donde no hay obligación de contar por
lo menos un par de veces a la semana lo que has hecho o has dejado de hacer.
Ahora que cada uno tiene las riendas de su vida con
todo lo que eso conlleva y no son otros los que dirigen nuestra vida podemos
dar las gracias de una forma arbitraria a lo que
sufrimos y vivimos en el pasado.
Testimonios de antiguos alumnos de san Fernando
Escrito
por Antonio Álvareztoni 1961
Hola Toni:
ResponderEliminarEl mejor análisis que has hecho del Colegio hasta ahora o por lo menos que yo haya leído. Y lo más importante la moraleja: había vida después del Colegio.
Un abrazo.
Gracias a los dos a Asier con cariño y para ti gessa un fuerte abrazo
ResponderEliminarHola, Toni:
ResponderEliminarMe encanta lo que leído y también porque no lo disfrazas como hacen otros después de haber vivido una horrenda infancia.
Un abrazo.
Me gusta tu comentario. Efectivamente, habia SALESIANOS y "Salesianos". Con la experiencia de niño y la manera de verlo como adulto, hemos visto a unos y otros.
ResponderEliminarpara escribir sobre el colegio se necesita tiempo, una buena mesa y una copa de buen vino, y tranquilidad de cabeza, la biblia es un libro de bolsillo en comparación de todo aquello que se podría escribir sobre el colegio, buena redacción Toni, pero tu lo puedes hacer mejor
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