EL MENBRILLO:
Efectivamente, el día que peor olía por los pasillos
dormitorios y clases en las monjas, era el día que nos daban un trozo de pan con una rebanada de membrillo, no
por olor del membrillo, que hasta puede resultar agradable
al sentido del olfato, si no por los atrancos de váteres y agujeros de
cualquier índole donde se tiraba ese manjar que a ninguno gustaba y como son
las cosas, en el día de hoy tan agradable a nuestros gustos con nueces, queso y
otras delicatesen,
Pero en aquellos años temíamos cuando aparecía la
placa donde venían en perfecta alineación los trozos cortados casi
milimétricamente, superpuestos unos trozos encima de otros , como ejercito de
membrillo en formación de ataque , trozo de pan membrillo encima y que pase el
siguiente, en esa perfecta alineación pasábamos directos a aquellos retretes de agujero en el suelo con dos
plataformas para poner los pies de cerámica , con una cuerda al lateral , el que
lo tenía, para tirar de dicha cuerda salía una cascada de agua que si no te
apartabas te ahogaba, con que fuerza el agua salía de esa tubería de plomo
retorcido que partía de la canaria en la parte superior sobre nuestras cabezas, a ese agujero lanzábamos el
membrillo , que al ser trozos y trozos uno encima de otros , salían despedidos
hacia arriba del agujero del váter al atrancar al mismo, saliendo el agua por
la parte inferior de la puerta que estaba como a unos treinta o cuarenta centímetros
del suelo por la parte inferior de dicha puerta , encharcando todo el edificio
de retretes , pasando el membrillo a ser la armada invencible entre los charcos de agua y distribuidos por todos y
cada uno de los retretes que están enfila de pared a
pared en un número no se decir de diez u doce , enfrente los meaderos de pie
separados por un panel de mármol y un canal en la parte inferior que unía todos
los meaderos al desagüe, que al tirar el membrillo también sobre estos y
atrancar el desagüe también rebosaba agua y pis por el suelo
de los grandes váteres del colegio, resumiendo al final del día era mejor hacer
las necesidades en las esquinas de los patios, que en los retretes
acondicionados para tal fin, por no decir de las muñigas de los rebeldes y
guarros de turno que en vez de hacer las necesidades en el agujero al efecto lo
hacían en las plataformas para poner los pies , encima de la salida del agua de
la canaria y otras defecaciones y frivolidades que se hacían por aquellos
retretes , que luego se limpiaban a fuerza de manguera a presión , mucha legía
y muleta con paño friegasuelos , que aquellas limpiadoras tenían que soportar
día a día .
En verdad digo que no sé cómo no se daban cuenta del
hecho del membrillo, seria porque salía gratis y las monjas coleccionarían las
latas que tenían diversos colores y vírgenes en las tapas de dichas latas, que cierto es que casa en
España de aquella época no tenia dicha lata para guardar los hilos y las fotos.
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