El Internado
En los años de la
posguerra en España solo era necesaria una familia desestructurada
o la pérdida de alguno de sus miembros parentales para que los niños crezcan en
un internado. El auxilio social ya se
dedicaba a tratar de una forma u otra
que los hijos de dicha familia rota
por falta de uno u los dos progenitores
por no ser familia estructurada, ellos decidían el camino que debían seguir
esos hijos desnaturalizados , los adoctrinaran en los centros a medio camino entre las escuelas
de base y los orfanatos, y como tales, peros los internados toman y representan particularidades y semejanzas
con las otras modalidades, centros donde la disciplina férrea y el
adoctrinamiento cristiano era parte de esa figura.
Entre los perfiles del alumnado se podrían diferenciar, a grandes rasgos, tres
grupos de niños. Los que están internos de forma indefinida y pasan las semanas
y los meses dentro de easas paredes que se ha convertido en su hogar hasta la mayoria de edad ; los que
cuentan con una familia no biológica que les ha acogido en su seno, les a “apadrinado” y con los que
pasan los fines de semana y las vacaciones; y los que simplemente acuden a
diario a las clases e interactúan con el resto de internos.
Este tipo de centro presenta como principal distinción el hecho de que los fogones de las cocinas jamás descansan y que las puertas de sus enormes edificios que dan a los grandes patios sirve para diferenciar el ambiente íntimo del dormitorio comunitario, del bullicio de los recreos y de la disciplina de las clases.
Afincada en un entornos rural, nutriéndose de niños de
corta edad, el internados se convierten en la única forma viable de salir
adelante, o por lo menos, de encaminar a estos menores a un futuro, segun los dirigentes de la epoca.
El Internado de la
carretera de colmenar, a la salida del pueblo de Fuencarral
tiene capacidad para albergar hasta mil
quinientos niños. Conviven en sus
instalaciones unos mil doscientos alumnos, entre niños y jóvenes,su dirección se ve en la obligación de
rechazar nuevas peticiones de plaza porque no tiene infraestructuras ni reales
ni suficientemente acondicionadas para dar cabida a más alumnos.
Mientras el Estado se
limita pagar la manutención de los pequeños y los ínfimos salarios del
profesorado, los responsables de estos centros se ven obligados a acudir a una
disciplina férrea y una alimentación escasa, por lo menos para el alumnado,
dado su pésimo estado económico. Por un lado el dinero de las diputaciones
empobrecidas por la falta del cobro de impuestos y falta de recursos, no llegan para dar solución al problema,
indirectamente con la ayuda de instituciones sociales y militares,
pretenden dar dicha solución, pero todos
los pedidos solicitados les llegan en mal estado y son escasos para la población
infantil del internado.
Internado que a toque de silbato, mueven la población de niños y jóvenes que acudieron en filas abrigados con ropa de invierno a la llamada, para demostración ante las autoridades de la diputación el estado de estos, el vaho que emanaba de sus bocas era la mejor certificación de que es inviable que los menores pasan frio y hambre, pero todo se quedaba en visitas, no en soluciones, estas llegarían años después.
Internado que a toque de silbato, mueven la población de niños y jóvenes que acudieron en filas abrigados con ropa de invierno a la llamada, para demostración ante las autoridades de la diputación el estado de estos, el vaho que emanaba de sus bocas era la mejor certificación de que es inviable que los menores pasan frio y hambre, pero todo se quedaba en visitas, no en soluciones, estas llegarían años después.
La escasa calefacción
existente ha sido reconducida para que únicamente tenga que calentar la mitad
de la edificación pero una vez más, la sensación de calidez se escurre entre
las rendijas de las viejas ventanas mal selladas. De las aulas, poco que
contar, las mesas y las sillas de madera
con descorchones por sus lados y
eses ruido ensordecedor de los asientos cada vez que se abría la puerta al ponerse uno de pie y dar el saludo a cualquier educador que entraba , de pie hasta
escuchar la voz fuerte y grave , sentarse, que los niños tienen que recibir
para volver a sus tareas en clase, sus
clases que muchos de nosotros pasamos de rodillas cara a la pared , de pie con los brazos en cruz y los mas revoltosos en
el pasillo de rodillas y con algún chichón que otro , con las manos enrojecidas
de las palmetadas de la regla de metro.
los dormitorios con
somieres de rejilla y muelles de metal chirriante, con colchón de lana, colchas finas , todas del mismo color , manta recia y
picante de lana, como si fueran sacadas de
una película velica de la primera guerra mundial, muebles de planchas de
conglomerado con un tubo de metal para colgar perchas de madera que apenas resisten el peso de los tabardos
mojados por la lluvia, tablillas
arqueadas del agua embalsada en las tortas, aquellos calcetines encima de los ralladores
que nunca calentaban lo suficiente para secarlos, con su olor peculiar.
Abrió sus puertas en los años treinta, en el pasado siglo y es uno de los referentes de todo el país, en su época, aún así, todo lo concerniente a lo que paso entre sus muros, los niños y jóvenes, las subvenciones estatales, está igualmente olvidado, sitio que nadie se pregunta que fue y porque está ahí, cuál fue su historia, que gritan las piedras que cubren sus muros, aunque sea habitual que los máximos mandatarios acudan a hacerse fotos al centro en la actualidad.
Abrió sus puertas en los años treinta, en el pasado siglo y es uno de los referentes de todo el país, en su época, aún así, todo lo concerniente a lo que paso entre sus muros, los niños y jóvenes, las subvenciones estatales, está igualmente olvidado, sitio que nadie se pregunta que fue y porque está ahí, cuál fue su historia, que gritan las piedras que cubren sus muros, aunque sea habitual que los máximos mandatarios acudan a hacerse fotos al centro en la actualidad.
Como mejor triunfo, contaremos que en este internado a formado parte de una gran historia, historia negra por lo menos a unos niños nunca fueron felices y que vivieron con el miedo en sus cuerpos toda su vida, niños que fueron entregados a familias que no les quisieron , para los que solo fueron una herramienta de trabajo, historia gris u blanca para otros corrieron mejor suerte, tanto en deportes de grupo como en especialidades individuales , incluso a nivel nacional, muchos otros se labraron un futuro dispar , repartidos por toda la geografía española donde formaron su familia ,su hogar. Unos llegar a puestos mas altos o mas bajos en sus empresas o trabajos, pero todos nunca podrán olvidar su paso por San Fernando unos para bien otros para mal.
Visita treinta años después, ha sido gratificante y
sobre todo nos ha instruido. Hemos abierto un poco más nuestras mentes y hemos
compartido sensaciones, sin palabras, no
necesitábamos traductor para los
sentimientos, al final de la jornada, nos despedimos unos de los otros, nos sentíamos alegres de ver aquel chiquillo que corría a nuestro
lado, no recordamos aquel de traje negro que nos daba capones y bofetadas, nos recordábamos nosotros, los
auténticos protagonistas, llevándonos nuestras manos a la frente y después dándonos un gran abrazo, señal de profundo
sentimiento, El lenguaje de gestos volvió a nuestra cara y extremidades , llegamos
al nivel más básico de una alegría contenida
, de el
nerviosismo buscando al compañero
, al amigo , todo es sencillo solo buscas sentirte sorprendido, querido, ser aquel niño de San Fernando.