viernes, 5 de octubre de 2012

El Sueño


Normalmente soy consciente de que estoy soñando, siento algo parecido que cuando se sienta uno enfrente de la caja tonta , en muchas ocasiones  no se sabe diferencial  la realidad, de los sueños , pues son tan reales  que no puedo apreciar diferencia alguna, otras veces los sueños los veo  como película de televisión, uno solo observa, consciente de lo que está viviendo es un sueño en el que no puedes participar, uno se ve a sí mismo actuando, pero sin poder advertir lo que va a suceder , solo puedes ver los sucesos  sin poder cambiarlos, me daba cuenta que soñaba, pero era un sueño tan agradable, que no quería despertar nunca , abría la puerta de un  taxi y me encontraba con compañeros de la infancia, pero lo más agradable es que el conductor  era Almondiguilla , obviare  el nombre para que nadie salga perjudicado.
Fue un sueño extraño, parecía todo muy real, nos encontrábamos en el patio de sanfer, entramos al taxi como hombres y  salimos niños, simplemente estaba soñando lo vivido hace muchos años, eran imágenes claras llenas de luz  de una luz blanca muy especial, como la visión del niño.
 “El almondiguilla” bajito y regordete, era un retaco una almondiguilla, pues era un niño tranquilo que nunca se metía con nadie, aunque los demás niños, compañeros  le quisieran pegar muy a menudo  y no paraban de meterse nunca con él, ya desde pequeños  algunos necesitan demostrar que son más fuertes que los demás y para demostrarlo  tienden a agredir  al mas débil , Yo era bastante  cobarde y miedoso pero debido que para mi edad  tenía una altura  superior a los demás, con eso me bastaba para que casi  nadie se metiera conmigo  y aprovechando esta circunstancia  para  que tampoco se metieran con “Albóndiga”.
De un salto  de  golpe el sueño me llevo a la despedida de “Albóndiga” estábamos en quinto curso final de primaria, fue un día triste aunque fuese a finales de la primavera  y el tiempo fuese inmejorable, yo sabía que no volvería ver a mi amigo, Una señora bien vestida para mis ojos  con rebeca de la época y  un señor de traje  negro  u azul oscuro, no recuerdo bien , trajeron unos dulces y chucherías para  celebrar su despedida como si fuera una fiesta de cumpleaños , recuerdo el pasillo de  estudiantes en su puerta de salida principal, todos nosotros cantábamos una canción que nos enseñaron pero que no recuerdo como era , todos estábamos contentos , menos “Albóndiga” y yo , pues aunque “albóndiga “no era muy espabilado , todo lo contrario un poquito retrasadillo, mal estudiante, se daba cuenta  de que era una despedida  y de que nunca más  nos volveríamos a ver . Cuando los sotanas y profesor dieron por terminada la celebración , nos dijeron que nos despidiéramos de nuestro compañero, yo espere a ser el último, realmente no me atrevía a despedirme, tenía miedo, le había tomado afecto u cariño como se quiera decir aquel retaco, al fin y al cabo era el único  que me escuchaba durante los recreos, me acerque y le dije , no te preocupes por nada, si los niños  se meten contigo no te preocupes, que dentro de poco seremos mayores y ya no podrán meterse con nosotros , no nos podrán hacer nada, que iluso fui, el mundo del Mayor es más cruel si cabe que el mundo infantil.
de pronto el señor de traje oscuro, lo cogió en brazos y le dijo que dijera adiós , recuerdo como se alejaba hacia el túnel en compañía de varias sotanas y como miraba con esos ojos  brillantes por el salto de las lagrimas que no terminaban de aflorar  mientras se marchaba, en aquel momento no lloramos , supongo  que los niños éramos mas fuertes que pensábamos y a  medida que nos hacemos mayores, también nos hacemos más débiles, pues ahora  si lloro cuando recuerdo esta escena y otras escenas parecidas a estas vividas más de una vez “Recordáis a Villaverde”   .
Antonio Alvarez

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