Hoy era un día especial en mi colegio , os preguntareis el
por qué , pues solo puedo decir que era uno de los pocos días que me
gustaba estar en el colegio, parecía que las puertas y los
fuera de sitios no existían , todo empezaba
al levantarse por la mañana ,
los sotanas tenían otro talante, la música sonaba por los
altavoces y la verdad es que
nosotros nos sentíamos contentos
e inquietos , todo empezaba en el desayuno , con un desayuno poco usual
para aquellos días , teníamos bollos ,
mantequilla, mermelada y el clásico chocolate
más espeso que otros días , con mejor sabor parece que los cocineros se
esmeraban contagiados por la onomástica.
Día de misa mayor, con sus canticos y aleluyas, comida con entremeses y refrescos,
la tómbola que no faltaba ningún año en estos días que con esmero Don
Agapito había trabajado días a tras, con
los boletos sorpresa que comprábamos a perra gorda.
En épocas tarde de toros y rosas donde los más valientes se enfrentaban a la
vaquilla de turno en el campo de las
gradas , donde se había puesto barreras
de madera y hierros para que no se
saliera el vicho , que mas de una vez se
escapo entre dichas tablas y D. Pedro
salía corriendo con el Land Rover a buscarla al monte y la traían de vuelta encerrada en la parte posterior de esta agarrada por varios compañeros que la cogían de cuernos y rabo devolviéndola
a la improvisada plaza.
Día de helado mantecoso de
vainilla, chorizo y aceitunas, que en el día de hoy todavía recuerdo con
añoranza.
Os preguntareis que colegio era ese, pues el COLEGIO SAN
FERNANDO DE MADRID, en la carretera de colmenar, cercano al pueblo de
Fuencarral.
SAN FERNANDO 30 DE
MAYO
Santo seglar, que "no conoció el vicio ni el
ocio", Fernando III -el más grande de los reyes de Castilla, dice Menéndez
y Pelayo- nació en 1198; fue hijo de don Alfonso IX, rey de León, y primo de
san Luis IX, rey de Francia. Guerreó con los moros, que ocupaban gran
parte de España, unió las coronas de Castilla y de León, y conquistó los reinos
de Úbeda, Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz y Sevilla.
En sus dilatadas campañas, triunfó siempre en todas las
batallas. No buscó su propia gloria ni el acrecentamiento de sus dominios. Para
él el reino verdadero era el reino de Dios. Pedía a diario el aumento de la fe católica
y elevaba sus plegarias a la Virgen, de quien se llamaba siervo. Caballero de
Cristo, Jesús le había otorgado la gracia de los éxtasis y las apariciones
divinas. Amaba a sus vasallos y procuraba no agravar los tributos, a pesar de
las exigencias de la guerra. A este respecto era conocido su dicho: "Más
temo las maldiciones de una viejecita pobre de mí reino que a todos los moros
del África". Llevaba siempre consigo una imagen de nuestra Señora, a la
que entronizó en Sevilla y en múltiples lugares de Andalucía, a fin de que ésta
fuera llamada tierra de María Santísima.
La muerte del rey san Fernando constituye un ejemplo de fe y
humildad. Abandonó el lecho y, postrándose en tierra, sobre un montón de
cenizas, recibió los últimos sacramentos. Llamó a la reina y a sus hijos, y se
despidió de ellos después de haberles dado sabios consejos.
Volviéndose a los que se hallaban presentes, les pidió que
lo perdonasen por alguna involuntaria ofensa. Y, alzando hacia el cielo la vela
encendida que sostenía en las manos, la reverenció como símbolo del Espíritu
Santo. Pidió luego a los clérigos que cantasen el Te Deum, y así murió, el 30
de mayo de 1252. Había reinado treinta y cinco años en Castilla y veinte en
León, siendo afortunado en la guerra, moderado en la paz, piadoso con Dios y
liberal con los hombres, como afirman las crónicas de él. Su nombre significa
"bravo en la paz".
Guerrero, poeta y músico, compuso cantigas, una de ellas
dedicada a nuestra Señor. Se destacó por su honestidad y la pureza de sus costumbres.
Fernando III fue canonizado por el papa Clemente X en el año
1671. Lo sucedió en el trono su hijo mayor, Alfonso X, que la historia conoce
con el nombre de Alfonso el Sabio, aparte de lo que dice la historia sobre el
personaje de San Fernando, para los que
pasamos por el colegio que llevo su nombre
fue nuestro hogar durante muchos años , lugar de sinsabores y alegrías, de amistades y desengaños ,
un lugar que forjo nuestra forma de ser y de pensar, para bien o para mal.
Pero como formo parte
de nuestro pasado, solo podemos decir Viva San Fernando y feliz día a todos sus
antiguos alumnos.
Toni Álvarez
Antonio Álvarez Herranz