viernes, 5 de febrero de 2016

Un viaje a colmenar viejo para ver la Vaquilla


Como se puede divertir uno un martes por la tarde, pues solo hay que ir a colmenar Viejo para ver la Vaquilla.

He tenido la sensación de recuperar  los recuerdos de la infancia se quedan marcados como las huellas de la historia en las paredes  de ciertos edificios  parecidos a los de nuestro gran pueblo de sufrimientos y alegrías que fue San Fernando, en sus distintos estratos según paseaba por Colmenar Viejo saque aquellos sentimientos que se agolpaban unos y otros intentando aflorar en todos mis sentidos , cuando subíamos en nuestra época de la pubertad a colmenar buscando chicas para satisfacer nuestras hormonas atadas bajo el yugo de la disciplina de un internado, los recuerdos retornaban a mi mente, me acercaba a la plaza  con el sol tibio de invierno seco que nos ha tocado vivir en este año, donde en el pasado había casas viejas y en ruinas , hoy son esplendorosos edificios rehabilitados y casas nuevas , que nada tuvieron que ver con  mi pasado o por lo menos yo no lo recordaba así, el paseo por la sierra de colmenar mientras llegaba al pueblo este Martes de Vaquilla con unos compañeros mayores que yo  , que fueron llevados en su juventud a trabajar con dieciséis años  de sol a sol en la panadería  y otros en distintas vaquerías , se les abrían los ojos , viendo el esplendor , de lo que para ellos un día  fue frustración.
Así fue aquel Paseo con ellos, como en ese paseo por los caminos de colmenar viejo vieran a fantasmas del pasado envuelto en un ambiente de fiesta en la actualidad, se les fueron despertando los recuerdos de una infancia más dura y agria que sencilla y dichosa.
La alegría mayor fue cuando se encontraron frente a la casa que alguno les dio cobijo y se encontraron con otros jóvenes del pasado y recordaron su infancia, recordaban las fachadas de adobe, color barro seco de tanto robarle al sol su calor.

 Fue entonces cuando recordaron el olor de tomates de la huerta y los dulces y pan recién hecho a altas horas de la madrugada, que posteriormente repartían por colmenar.

 Las tardes de cine y pipas en sesión doble, la de madrigueras que buscaban para vender los conejos, como los pájaros y lagartos que cazaban, para sacar unas perras para pagar el cine.
 Bueno lo cierto es que eran cosas que las daba la época terminaron diciendo, bajaron hasta la fuente donde llenaban el cántaro y en donde bebían los animales cuando llegaban sedientos de realizar las tares del campo.
Ahora todo era una moderna fuente muy funcional. Y la plaza estaba asfaltada y contaba con unas aceras amplias que facilitaban el paseo.
Lejos de lo que recordaban, yo les miraba sin saber que ocurría. Como explicarles que no entendía sus miradas de ojos empapados de lagrimas y sus cómplices  sonrisas que brotaban de sus labios , yo estaba presente en cada rincón de  lo visitado pero ellos  lo Vivian de otra forma , con  esa mirada del pasado  de aquel niño que salió de san Fernando con la ,maleta de cartón , llegando a un hogar al que no conocían de este pueblo con  aire tan puro y limpio como la inocencia de un niño.
Ellos habían vuelto de vivir su pasado y a mi me había hecho el regalo más entrañable, me habían regalado una parte de ellos de su infancia.

Con ojos de sospesa y encanto  vivieron la fiesta de la vaquilla de colmenar viejo , les encanto , les recordó tradiciones vividas de su niñez por lo que  quería también  agradecer a los vaquilleros por su generosidad  con nosotros , por la ilusión y su esfuerzo,  implicación en esta fiesta y también el cariño con lo que nos enseñaron  sus vaquillas  y sus cencerros con los que  adornaban sus trajes del desfile de las 23 Vaquillas  que bailaron en la plaza del ayuntamiento deleitando a residentes y foráneos  que ayer quisieron estar en la Plaza del Pueblo para arropar a los vaquilleros y aplaudir a las vaquillas. Hubo un ambiente magnífico, como el caldo que gratuitamente nos dieron, que se agradecía ya puesto el sol por detrás de la torre del ayuntamiento.
 Antonio Alvarez Herranz

"TONI"

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